
Todo el mundo lo miraba, se reían de él. Pero parecía que no le importaba, iba a su rollo y nadie le iba a sacar de ahí. En un momento del trayecto la persona que se sentaba a mi lado se fue. En ese momento, el hombre del mundo paralelo se sentó a mi lado. Yo seguía a mi rollo, de vez en cuando le miraba, pero él no veía a nadie más y seguía con su actitud extraña. El final del trayecto llegó y me bajé, dejando a ese extraño ser vagando por el mundo.
A todo esto se le ha de añadir que esa persona es mi profesor de electrónica analógica, y si, realmente esta en otro mundo. La gente lo sabe, por eso le toman el pelo, como una vez que le cambiaron el ratón por un estuche y tardó cosa de treinta segundo en darse cuenta. Todo un personaje...
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