martes, 26 de mayo de 2009

Pero si yo sólo pasaba por ahí ....

Te despiertas. Haces las cosas siguiendo la misma rutina de siempre. Vas al trabajo. Nada parece indicar que el día va a ser igual que el anterior, es decir, horrible. La mañana avanza, todo va como la seda, cuando de golpe ... sucede. Cuando menos te lo esperas, sin llamar a la puerta y sin preguntar, entra la situación que sabes que definirá el resto de la semana. Piensas que ayer las cosas salieron mal, que hoy en el trabajo las cosas también han ido mal pero te consuela saber que todo se acaba.

Vuelves a casa, te olvidas de los problemas pensando que mañana será otro día, y que con un poquito de suerte el tiempo se llevará este par de días tan funestos. Pero no es así, el día aún no ha terminado, y por la tarde otro problema entra sin avisar a nadie. Entra hasta la cocina. Lidias con él, y consigues que se vaya, pero sabes que la semana va a resultar demasiado dura para los ánimos que quedan.

Aún suerte que sabes que tienes personas que te ayudarán. Pero la realidad, te dice que esto, sólo es el principio. Tendré que estar vigilando la puerta....

1 comentario:

Anónimo dijo...

La mayoría de personas gastan más tiempo en hablar de los problemas que en afrontarlos (especialmente servidor, que quede claro)

Si todo saliera a pedir de boca, el resto de la vida sería demasiado aburrida.

Fins aviat!